Discurso XIX Premio Pasos 2024



Sra. Directora General de Mujer y Prevención de la Violencia de Género de la Región de Murcia Dª. Ana Belén Martínez Garrido.

Sra. Concejala del Área de Turismo Dª. Beatriz Sánchez del Álamo.

Presidenta de la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cartagena Dª. Marién García Boj.

Presidenta de la Asociación Mujeres de Cartagena Dª. María Victoria Botí Espinosa y toda su Junta Directiva y Asociadas.

Nazarena Mayor de la Semana Santa de Cartagena Dª. María Isabel Zamora Fuentes.

Presidente de la cofradía Marraja D. Francisco Pagán Martín-Portugués

Presidente de la Cofradía del Cristo del Socorro D. Javier Pavía Galán.

Presidentes y Hermanos Mayores de las diferentes Hermandades de la Semana Santa de Cartagena.

Presidente de la Junta Mayor de Hermandades de la Semana Santa de Gandia D. Emili Ripoll Gimeno.

Madrina de la Semana Santa de Gandia y Camarera del Cristo Resucitado 2024 Dª. Gloria Catalá Fernández.

Camarera de la Hermandad de la Santísima Cruz Dª. Cristina Miñana Sanchis.

Cofrades, amigos y simpatizantes de la Hermandad de la Santísima Cruz que se han desplazado hasta Cartagena para acompañarnos en un momento tan importante para nuestra Asociación.

Amigos y amigas todos.

Buenas noches.



Es para mí un honor y un privilegio dirigirme a todos ustedes en este momento tan especial como representante y en nombre de todos y cada uno de los cofrades que forman y han formado parte de nuestra Hermandad desde 1875.

Hoy celebramos no solo nuestra fe en la Santísima Cruz, sino también un logro extraordinario que resuena en la historia de nuestra hermandad.



Nos llena de profunda gratitud dirigirnos a todos ustedes para expresar nuestro agradecimiento a la Asociación Mujeres Cofrades de Cartagena por concedernos el XIX Premio Pasos 2024 a favor de la igualdad cofrade en territorio nacional. Este premio, que reconoce a nuestra hermandad por haber integrado a la mujer como cofrade, es un tributo no solo a nuestro presente, sino también a los cimientos que se establecieron hace casi un siglo y medio.



Cuando miramos hacia atrás en nuestra historia, vemos el legado de aquellos que nos precedieron, aquellos hermanos y hermanas que, en 1875, sentaron las bases de nuestra hermandad. Pero hoy, miramos al futuro con un sentido renovado de propósito y logro. La integración de la mujer como cofrade no solo es un cambio histórico, sino también un acto de justicia y respeto hacia la diversidad de nuestra comunidad.



¿Y cómo empezó todo esto para nuestra Asociación?

Buscando información para poder redactar nuestro libro “La Santísima Cruz: historia, Arte y tradición”, vimos muchas referencias a la a lo largo de nuestra historia para favorecer, cuando las diferentes épocas lo permitían, pequeños pasos para la igualdad en nuestra cofradía y la incorporación paulatina de la mujer en nuestra Asociación. Y es cuando vimos que la Asociación Mujeres Cofrades de Cartagena otorgaba un premio a nivel Nacional, y es cuando decidimos presentarnos, como reconocimiento a todas las personas que han trabajado a lo largo de nuestra historia por la igualdad de nuestros cofrades.



En la Hermandad de la Santísima Cruz el papel de la mujer ha sido esencial en el transcurso de su historia, y a priori mucho más activo de lo que pueda parecer; aunque si bien es cierto, el papel femenino en sus inicios estuvo limitado a los cuidados y labores muy específicos como la elaboración de túnicas y trajes, la costura, preparar las vestas, ayudar en el vestir de los cofrades y acompañar al marido o hijos cofrades a las procesiones. Este papel al que en un principio quedaba relegada la mujer no solo pasaba en nuestra Hermandad, sino que era un patrón que se repetía en el resto de cofradías, tanto de nuestra ciudad, como también del resto de la geografía española debido a los usos y costumbres de la época.



Tal y como recoge el Expediente de Declaración de la Semana Santa de Gandia como Fiesta de Interés Turístico Nacional, en el apartado dedicado a la Hermandad de la Santísima Cruz, cita textualmente: “Se crea la hermandad con exalumnos del Real Colegio de las Escuelas Pías de Gandia y en sus orígenes son los de la Asociación de Caballeros de la Santísima Cruz. No obstante, fue una de las más avanzadas en incorporar a la mujer en sus organizaciones internas”.



Ya queda reflejado en los estatutos primitivos de la Asociación de la Santísima Cruz de 1885, en su título 2 de los asociados, en el artículo 2, cita que “Formarán esta Asociación cuantas personas de ambos sexos sean propuestos por dos asociados, y admitidos por la Junta Directiva como tales asociados.

De esta manera, y con la posible incorporación de la mujer en la Asociación, ayudaban también al sustento económico de la misma en aquellos momentos de necesidad, donde se estaba proponiendo la disolución de la misma.



Pese a aparecer este articulado en los estatutos de 1885, no fue hasta 1889 cuando se autorizó de una manera formal la presencia de mujeres en la Asociación, aunque en aquella época no se les permitía procesionar.



De hecho, durante el final del S. XIX y bien entrado en S. XX las cofradía mantuvo la nomenclatura de “Asociación de Caballeros de la Santísima Cruz”, hasta que se quitó el vocablo “caballeros” ya a finales de siglo.



Durante el primer periodo de la Asociación el papel de la mujer fue muy marginal y estaba relegado a labores de costura, bordado o arreglo y limpieza del altar, dando paso a la figura de la Camarera, de la cual se tiene constancia en la Hermandad desde 1922.



Tras la Guerra Civil y la refundación de la Asociación, la figura de la Camarera cobró un mayor protagonismo y permitió dotarla de un papel más importante, siendo a veces de mera representatividad en sus inicios, pero encargándose del cuidado del ajuar del altar de la Asociación en la iglesia de las Escuelas Pías y el mantenimiento y limpieza del trono anda y la imagen titular de la Santísima Cruz, teniendo el privilegio de custodiar el sudario de la cruz en su casa durante el resto del año. Uno de sus principales cometidos era el arreglo y el adorno floral de la imagen el Viernes Santo.



En el reglamento que se escribió tras la refundación de 1940 ya se explicita la aceptación de las mujeres asociadas para que tomasen parte en los oficios de Semana Santa y pudieran llevar el palio en la procesión claustral para llevar el Santísimo al Monumento Eucarístico.



Una de las mujeres referentes en la Asociación de la Santísima Cruz a finales del XX. Fue Dª. Teresa Alandete Lledó, la cual estuvo ejerciendo como Camarera de la Hermandad desde 1970, y durante 35 años, quien a lo largo de su trayectoria realizó fielmente su entregada labor a esta Asociación y potenció la devoción de la Santísima Cruz entre sus cofrades.



La participación femenina en la Semana Santa de Gandia vino impulsada como un derecho fundamental de igualdad que muchos cofrades creían posible ya bien entrado el S. XX; y es por eso que en 1978 la Junta Mayor de Hermandades de la Semana Santa de Gandia acordó la decisión de incorporar a la mujer en los desfiles procesionales.



Después del transcurso de un siglo desde que la Asociación de la Santísima participara en la primera procesión del Santo Entierro en 1881, en el que ese tiempo estuvo vetada la participación de la mujer en el desfile procesional de la tarde del Viernes Santo, en la década de 1980 se aprobó la participación de la mujer en los cortejos procesionales, modernizándose y abriéndose a la nueva sociedad democrática.



La incorporación femenina en la asociación fue progresiva y a veces casi silenciosa, pero que desde el primer momento contó con un grupo de mujeres que, al igual que los hombres, desfilaban en la procesión ataviadas con su vesta blancas y su capuchón negro.



Así pues, y como anécdota podemos contar que Mª José Simó, cuyos familiares varones ya participaban desfilando, anteriormente a 1982 le pedía a su padre poder participar y le decía ¿Por qué Paquito, que era su hermano, sí y yo no? Cosa que el destino, y 23 años más tarde, llegaría a ser la encargada de las mujeres en la Hermandad, la cual no ha podido estar presente por un accidente y a la que desde aquí le mandamos todo nuestro cariño y apoyo, al mismo tiempo que le agradecemos todo su trabajo en esta Hermandad.



Desde incorporación de la mujer en nuestras procesiones la participación de la mujer se ha ido haciendo más visible en la Hermandad, participando activamente de todas las actividades sin distinción de género, normalizando por completo esta situación.



La última renovación de estatutos, que se llevó a cabo en esta Asociación en 1990, recoge en su articulado la total participación de las hermanas en las procesiones y la equiparación de derechos y deberes con sus hermanos, integrando a la mujer y su participación directa en el devenir cofrade integrando ambos sexos en todas las actividades de la Hermandad en igualdad de condiciones.



Con el objetivo de visibilizar la labor que llevan a cabo las mujeres en la nuestra Hermandad, y tras la incorporación de la imagen de María Magdalena junto a la Cruz de Jesús en 2005 se decidió crear, además de la sección de cofrades que es mixta incluyendo hombres y mujeres, una sección específicas de Hermanas de María Magdalena, compuesta exclusivamente por mujeres, para que acompañaran a la segunda imagen titular de la Hermandad. María Magdalena junto a la cruz de Jesús.



Una idea genial impulsada por la Junta Directiva de D. Salvador Frasquet, el cual hoy se encuentra presente entre nosotros y al cual le damos las gracias por su tenacidad para impulsar esta sección, la cual ha sido un revulsivo para nuestra Hermandad, ya que en la gran mayoría de actividades las mujeres son las más participativas, invirtiendo la tendencia del siglo pasado donde ocurría al revés.

En nuestra trayectoria como hermandad, siempre hemos buscado la unidad y la inclusión, recordando que cada uno de nosotros, hombres y mujeres, somos parte esencial de este caminar conjunto hacia la fe y la devoción por la Santísima Cruz. La igualdad cofrade no es solo un ideal que perseguimos, sino un compromiso que hemos asumido con convicción y determinación.



En las procesiones desde hace tiempo que las mujeres asumen otras funciones, que anteriormente eran únicamente masculinas, como los portadores del tronos-anda de la imagen de la Santísima Cruz, que era históricamente llevado por hombres, aunque algún año, ante la ausencia de cargadores se incorporaba puntualmente una mujer. Así fue como a partir del año 2004 Dª. Ester Ribes se convirtió en portadora, para que tres años después, el trono fuera tirado por las Hermanas Ribes Vicedo.



Cuando en el año 2017 se incorporó la matraca en los desfiles procesionales de la Hermandad de la Santísima Cruz, estuvo formada exclusivamente por mujeres hasta después de la pandemia.



Hasta el año 1982 no se produce ninguna entrada de mujeres en la Junta Directiva, ya que tradicionalmente este espacio de toma de decisiones estaba reservado a los hombres, como ocurría en el resto de la sociedad.



Esta incorporación de la mujer en los órganos de gobierno fue aumentando desde el año 2000 y actualmente la Junta Directiva está compuesta por un 66,66% de mujeres que ostentan diversos cargos de consideración, tanto es así que el año 2016, en la visita a la que era alcaldesa de Gandia Dª. Diana Morant, que actualmente es la Ministra de Ciencia e Innovación de España, para presentar a la nueva Junta Directiva, al ver entrar en su despacho a tanta mujer desempeñando tareas de responsabilidad en la Semana Santa, se alegró de ver la potenciación que se hace desde la cofradía de la figura de la mujer, dejando de ser meramente representativa para asumir y ejercer cargos dentro de la misma.



Deciros que no sólo hemos trabajado por la igualdad dentro de nuestra Hermandad, si no que tratamos de potenciar y realzar el papel de las Camareras, en la Semana Santa gandiense, ya que desde el año 2014 llevamos reivindicando en las Asambleas Generales que, al igual que salen los nombres de los Hermanos Mayores y los Asamblearios en la revita Passio de la Semana Santa de Gandia, también aparezcan los nombres de las Camareras como una forma de gratitud y reconocimiento a su tarea a lo largo del año, cosa que no fue hasta el año pasado cuando apareció en una sección dedicada para ella y esperemos que se perpetúe en futuras ediciones. Gracias Emili, porque contigo ha sido posible.



Finalmente quiero volver a agradecer de manera especial a la Asociación Mujeres Cofrades de Cartagena por reconocer y valorar nuestro esfuerzo en la promoción de la igualdad en el ámbito cofrade. Este premio no solo nos llena de alegría, sino que también nos impulsa a seguir trabajando arduamente para construir una hermandad en la que todos se sientan acogidos y respetados, independientemente de su género.



En este momento, quiero expresar mi agradecimiento a todos los miembros de la hermandad, cuyo esfuerzo y dedicación han hecho posible este logro. Cada uno de vosotros ha contribuido de manera significativa a crear un ambiente de unidad y fraternidad en nuestra hermandad.



No me gustaría olvidarme de nombrar a las últimas Camareras Dª. Milagros Burguera, Dª. Rafaela Rignón, Dª. Isabel Melis, Dª. Teresa Alandete, Dª. Blanca Femanía, Dª. Mª José Simó y Dª. Cristina Miñana por haber sido referente de la mujer en esta Hermandad, trabajando insaciablemente; y también de mis predecesores en el cargo D. Juan Ramírez, D. Juan Bletrán y D. Salvador Frasquet por haber facilitado la incorporación de la mujer en todos los ámbitos de nuestra Hermandad, ya que sin saber que años después estaríamos esta noche aquí recogiendo el premio Pasos 2024, ya tuvieron una visión inclusiva y un compromiso con la igualdad de género que poco a poco han marcado un hito significativo en nuestra Hermandad, y por eso queremos expresar nuestro agradecimiento más sincero ya que ha enriquecido nuestra cofradía y ha fortalecido los lazos que nos unen como cofrades.



En conclusión, agradecemos de corazón a la Asociación Mujeres Cofrades de Cartagena por este honor que nos han concedido. Nos comprometemos a seguir trabajando juntos, hombres y mujeres, para construir un futuro donde la igualdad sea una realidad palpable en todas las hermandades de nuestro país. Que la Santísima Cruz nos guíe en este camino de unidad, amor y respeto mutuo.



Muchas gracias y buenas noches.