Quién es:
Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es el centro absoluto de toda la Pasión. Es el Mesías prometido, el Salvador que vino a redimir a la humanidad del pecado por medio de su entrega total.
Papel en la Pasión:
Jesús sabía desde antes de los acontecimientos lo que iba a suceder. Durante la Última Cena, instituyó la Eucaristía al ofrecer su cuerpo y su sangre bajo las especies de pan y vino, dejando un memorial perpetuo de su sacrificio.
En el Huerto de Getsemaní, experimentó una profunda angustia humana y oró al Padre:
> “Padre, si es posible, pase de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad sino la tuya.” (Lucas 22:42)
Fue traicionado, arrestado injustamente, acusado falsamente ante el Sanedrín y el gobernador romano, golpeado, coronado de espinas, humillado y finalmente crucificado.
Desde la cruz, pronunció siete frases llenas de perdón, amor y entrega, entre ellas:
> “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”
“Todo está consumado.”
Importancia:
Su sacrificio es el acto supremo de amor y obediencia a Dios.
Su sangre derramada abre las puertas del cielo a la humanidad.
Su ejemplo enseña el valor del perdón, la humildad y el sacrificio por amor.
Símbolo: La cruz, signo universal de salvación.