VI estación

 



VI ESTACIÓN: JESÚS ES FLAGELADO Y CORONADO DE ESPINAS


Del evangelio de San Mateo (27, 27-30)


Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la compañía; lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo: «¡Salve, rey de los judíos!» Luego le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza.

Refinadísima tortura la que padeció Cristo: tortura y flagelación y de la burla sangrante. Los azotes terminan en coronación de espinas. ¡Qué infamia de las soldados! ¡Qué escarnio de falso acatamiento! La burla de las genuflexiones, los golpes en la cabeza y los salivazos en el rostro. Al dolor moral se une el físico.




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